Las manos firmes de Chus Mateo en el Real Madrid

Las manos firmes de Chus Mateo en el Real Madrid

Chus Mateo extiende las manos sobre la mesa, las palmas hacia abajo, cuando se sienta ante el micrófono en la sala de prensa de Valdebebas. Es el reflejo de un hombre tranquilo que medita lo que dice y transmite una sensación de calma para ejercer un cargo que es todo lo contrario. “Estar en el Real Madrid no es nada fácil”, afirmaba el entrenador blanco este miércoles por la noche en la Fonteta después de conquistar la Liga con un rotundo 3-0 en la final contra el Valencia Basket. Brotaron entonces todas esas emociones contenidas en una temporada muy dura anímicamente para el preparador madrileño de 56 años.

La continua reivindicación a la que se ve sometido desde que en 2022 sustituyera en la pizarra a Pablo Laso y la profunda renovación de la plantilla el pasado verano han convertido este curso en una cuesta arriba coronada con el título de Liga. Es la única alegría de la temporada después de perder contra el Unicaja Málaga las finales de la Supercopa y de la Copa y de quedar fuera de la Final Four de la Euroliga. La cosecha no es mala dadas las circunstancias, pero el perfil bajo del técnico y la demanda de más éxitos no garantizan que cumpla el año de contrato que tiene firmado con el Madrid.

“Yo no contemplo otra opción que seguir. Dependerá del Real Madrid. Si quieren que siga, seguiré”, afirmó Mateo en la Fonteta al recordar que entró en el club con 21 años. Y tras desnudarse emocionalmente. “No es fácil no emocionarse. Más que alegría, siento alivio. Yo sufro mucho. Hay muchas cosas en el camino, muchos momentos amargos. Cuando no ganas parece que no has hecho tu trabajo y a veces solo el ganar justifica ese trabajo. Sé que van a seguir dudando de mí, pero no me importa”, expresó Mateo. Esa relación entre el respaldo a su labor y los títulos ya la dejó clara el presidente, Florentino Pérez, cuando en su primer curso el técnico levantó la Euroliga. “A partir de ahora es un gran entrenador”, afirmó el mandatario.

Medio equipo se fue durante el último verano. Las retiradas de Sergio Rodríguez y Rudy Fernández dejaron un vacío imposible de cubrir en la pista y en el vestuario. También se marcharon Causeur, Alocén, Yabusele y Poirier, y llegaron Feliz, Rathan-Mayes, Ibaka y Garuba. Más, a mitad de ejercicio, Dennis Smith (despedido tras solo 35 minutos) y Bruno Fernando.

El base dominicano Andrés Feliz ha sido el más acertado en un final de temporada con mucho peso en el equipo como relevo de Campazzo. El argentino, como Hezonja y Tavares, han terminado también con las pilas cargadas después de la liberación mental que supuso no jugar la Final Four. El curso europeo rebajó a los blancos hasta el séptimo puesto en la fase regular, su peor clasificación con el actual formato, y no superó los cuartos ante el Olympiacos. El Madrid relajó entonces piernas y mente para afrontar lanzado el sprint decisivo: desde que cayó en diciembre en la pista del Valencia ha ganado 30 de los 31 partidos siguientes en la Liga, todos excepto el tercer duelo de las semifinales contra el Unicaja.

Chus Mateo, en la final ante el Valencia.

El éxito reafirma una vez más a Chus Mateo en un momento en el que el club estudia su continuidad o no de igual modo que se plantea el mando en la dirección de la sección, en manos de Juan Carlos Sánchez desde 2010. La figura de Sergio Rodríguez aparece como un posible relevo en los despachos y en el banquillo el técnico exhibe su palmarés y su buena gestión del grupo como avales. “Este año fue muy duro para nosotros, hubo mucha piedra, mucha derrota dura. Por fuera no se veía, pero dentro había mucha unidad”, comentó Campazzo tras el título liguero. “Esto no tapa las cosas que hemos hecho mal. Siento mucha frustración, hay que hacer una reflexión. Un título en el Madrid no es suficiente”, apuntó el temperamental Hezonja.

En cuanto a la plantilla, Musa deja el Madrid rumbo al equipo de Dubái y el club tiene a punto el fichaje del base francés Théo Maledon, del Asvel. Se barruntan más cambios en otra vuelca de tuerca al equipo. La clave será si Chus Mateo se mantiene como capitán del barco. En medio de la tormenta, siempre ha mantenido las manos firmes sobre la mesa.