Bellingham defiende su libertad en el campo antes de desaparecer dos meses

Jude Bellingham sonríe cuando se le permite volar a su antojo. Después de la victoria del Real Madrid contra Pachuca, lucía radiante. “Estoy emocionado con el nuevo entrenador. Fue un jugador impresionante y es un entrenador impresionante”, dijo en las tripas del estadio Bank of America de Charlotte. “Para alguien que juega en mi posición, es increíble aprender de alguien como él. Estoy seguro de que los consejos que nos va a dar a Fede, a Aurel [Tchouameni] y a mí... Vamos a ser esponjas, a aprender todo”. Venía de un curso en el que estuvo ceñudo al verse lejos del centro del escenario. Ancelotti restringió su radio de influencia e incluso lo desplazó temporalmente a la derecha para tratar de ajustar a Mbappé y Vinicius. Pero el domingo con Xabi Alonso se vio de nuevo en el centro del juego, de la creación al gol.
Que este regreso haya sucedido tan pronto tiene su importancia. En pleno periodo de ajuste general al nuevo entrenador, el inglés va a desaparecer al menos dos meses para operarse el hombro izquierdo que se lesionó en noviembre de 2023. “Tengo la operación programada para un par de días después de la final”, confirmó este domingo. “Llevo tiempo esperando. Estoy harto de jugar con la protección. Y con este calor... Quiero sentirme libre con el hombro y mi cuerpo”.
Con este calendario, Bellingham era uno de los jugadores que más prisa podía sentir por determinar su posición en el nuevo universo de ideas de Xabi. “Hablo mucho con él, todos los días”, dijo este domingo. “Los dos hemos sido sinceros en que quiero ser…”, empezó a explicar. “Creo que mi mejor versión es cuando participo constantemente en el partido, ya sea más arriba o más abajo, cuando toco la pelota y hago que pasen cosas, rompiendo líneas, conduciendo, llegando al área y marcando goles, creando ocasiones. Cuando tengo libertad para ser completo, es cuando doy mi mejor versión. Y creo que Xabi está de acuerdo conmigo en esto, y hoy me ha puesto en una posición en la que realmente disfruto jugando, donde toco mucho el balón, donde participo mucho. Y creo que el equipo se beneficia de eso, así que estoy muy agradecido por su confianza”.
La libertad y los goles tienen siempre el mismo efecto feliz en Bellingham, y también despiertan las mismas prevenciones en sus entrenadores, de Xabi en el Madrid a Southgate y Tuchel en la selección inglesa. El futbolista descubrió el placer de flotar a su antojo al conocer a Ancelotti en el verano de 2023. Lo contó cuando fue con Inglaterra en septiembre: “En este momento, me está encantando el fútbol”, dijo. “Mis entrenadores en el club y en la selección me están dando la libertad de jugar tal como yo lo veo”.
Por entonces, Southgate ya ponía matices a esa libertad. Decía que debía ser compatible con la estructura general y las tareas defensivas. Poco antes del Mundial, su sucesor, Tuchel, compartió una inquietud similar: “Tenemos que encontrar el equilibrio entre estructura y libertad”.
La idea de Xabi en realidad no suena demasiado alejada de la de los seleccionadores ingleses si se atiende a lo que explicó antes del partido contra Al Hilal: “Jude tiene la capacidad de abarcar mucho campo, pero tiene que partir de la posición correcta”, empezó. “Creo que Jude tiene alma de centrocampista. Creo que a él le gusta poder participar en la elaboración. Y luego tiene esa gran calidad de poder llegar. El punto de partida va a ser importante. Lo hemos hablado, pero él es muy dinámico, abarca mucho campo. Encontrarlo en las posiciones correctas le va a ayudar a él y a todo el equipo”.
Ese impulso expansivo del que habla Xabi, mientras insiste en que necesitan que Bellingham esté en la posición adecuada, tiene muchas ventajas para el equipo, y también alguna contradicción. En la pasada Eurocopa, recibió críticas por hacer demasiado. Invadía zonas de otros jugadores y desactivaba su influencia, algo que Tuchel aún tiene en mente: “Tengo que encontrar el equilibrio, las conexiones correctas, a quién le gusta jugar con quién, quién tiene una conexión genuina, quién cuida de los otros”.
Su tarde feliz contra Pachuca dejó también alguna sombra. En varios momentos se le vio gesticulando de manera airada cuando Güler, cerca de él en la base, decidía algo distinto de entregarle la pelota. Xabi había encargado al turco el control del partido a partir del balón después de su notable rendimiento el primer día contra Al Hilal, cuando su entrada enderezó a un Madrid desnortado. Y ahí seguirá Arda los meses de ausencia de Bellingham por su operación de hombro.
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