Dos ataques israelíes contra el hospital Nasser en Gaza matan al menos a 20 personas, entre ellas cinco periodistas

Dos bombardeos israelíes contra el hospital Nasser, el último que funciona en el sur de la franja de Gaza, han provocado este lunes al menos 20 víctimas mortales, entre ellas cinco periodistas, según el Ministerio de Sanidad del enclave palestino. En un comunicado que ha llegado horas después, el ejército de Israel ha confirmado que sus tropas han disparado contra “el área” del hospital, ubicado en Jan Yunis, y ha anunciado que se abrirá una investigación “tan pronto como sea posible”.
La nota castrense añade que el ejército “lamenta” cualquier daño que el incidente haya causado a individuos “no implicados [en el conflicto]” y ha asegurado que Israel “no ataca a periodistas” por el mero hecho de serlo. El 88% de los casos en los que el ejército israelí abre una investigación interna por supuestos crímenes o abusos cometidos por sus soldados en Gaza terminan cerrados o sin resolver, según ha publicado este mes la ONG con sede en Londres Acción sobre Violencia Armada.
Las tropas israelíes han matado a un total de 10 periodistas desde que iniciaron sus operaciones para capturar Ciudad de Gaza, donde escalan su ofensiva con el objetivo oficial de debilitar a Hamás. Desde octubre de 2023, cuando empezó la guerra, los ataques israelíes han provocado la muerte de más de 240 periodistas en la Franja, según el Sindicato de Periodistas Palestinos.
Mientras, la desnutrición causada por el bloqueo israelí a la ayuda humanitaria continúa cobrándose víctimas. El Ministerio de Sanidad ha informado este lunes de que otras 11 personas han muerto por esa causa en 24 horas, entre ellas dos niños. Eso eleva la cifra de fallecidos por inanición desde el inicio de la guerra a 300, la mayoría desde el pasado julio. El viernes, la ONU declaró oficialmente la hambruna en algunas zonas de la Franja, y múltiples dirigentes de esa organización han elevado el tono contra Israel exigiendo que permitan la entrada de comida al territorio.
Al mismo tiempo, los soldados israelíes han incrementado este lunes el ritmo de sus operaciones en el mayor núcleo urbano del enclave. Vídeos difundidos por redes de periodistas locales y grabados en Zeitún o Sabra, dos de los principales distritos de Ciudad de Gaza, muestran cadáveres en muy mal estado y operaciones de rescate frustradas por el peso del hormigón mientras se percibe el sonido de los aviones de guerra.
Las autoridades israelíes anunciaron este mes el inicio de una operación para tomar el control de Ciudad de Gaza, la capital de la Franja, en la que estiman que Hamás aglutina el centro de su poder administrativo y militar y donde sospechan que esconde a buena parte de los rehenes. El plan ha requerido la convocatoria de 60.000 reservistas y acumulará la movilización de un total de 130.000 durante los próximos meses.
Un canal de televisión israelí aseguró el domingo que el jefe del ejército, Eyal Zamir, ha defendido de nuevo su preferencia por abandonar la ofensiva contra Ciudad de Gaza y aprobar una tregua con Hamás que libere a los rehenes. “Hay una propuesta de acuerdo sobre la mesa”, dijo Zamir según la televisión israelí en referencia a la propuesta de alto el fuego aprobada por la milicia palestina la semana pasada. “Ocupar Ciudad de Gaza pone en gran peligro la vida de los cautivos”, así que “ahora es decisión de [el primer ministro, Benjamín] Netanyahu”, sostuvo Zamir.
La semana pasada, Netanyahu aseguró que había ordenado la reanudación de las conversaciones para liberar a los rehenes. Basem Naim, alto cargo de Hamás, ha declarado este lunes a este diario que no existen negociaciones por el momento. Durante las últimas horas, algunas informaciones apuntan a que los encuentros indirectos entre Israel y la milicia palestina podrían reiniciarse de manera inminente en Egipto o en el golfo Pérsico.
El Foro de las Familias de los Rehenes y Desaparecidos ha llamado a iniciar la noche de este lunes las movilizaciones convocadas para este martes en Israel, que se prevén multitudinarias, durante una jornada de huelga general. El pasado 17 de agosto, la convocatoria de otra huelga se convirtió en la protesta con más asistencia durante los casi dos años de guerra, aumentando la presión sobre Netanyahu para la firma de un alto el fuego.
La agencia de noticias británica Reuters y la televisión catarí Al Jazeera han anunciado que dos de los periodistas que han muerto en el hospital Nasser trabajaban para ellos. Se trata de Hossam al Masri y Mohammed Salama, respectivamente. El ataque de este lunes también ha matado Moaz Abu Taha, reportero de la televisión estadounidense NBC, a Mariam Abu Daqa, periodista autónoma -y madre- que había colaborado con The Associated Press, y a Ahmed Abu Aziz, que trabajaba para Quds Feed Network.
Segundo bombardeo
La periodista palestina Hind Khoudary ha explicado en Al Jazeera desde Deir el Balah, localidad cercana a Jan Yunis, que un dron suicida habría explotado sobre la azotea del hospital cuando dos personas, entre ellas un reportero de la misma cadena, se encontraban en el lugar. Mientras combatía el llanto, Khoudary ha narrado la llegada de un segundo bombardeo cuando reporteros y rescatistas acudían al lugar.
Vídeos compartidos por testigos muestran a varias personas, entre ellas algunas vestidas con uniforme de rescatistas, en las escaleras exteriores del hospital Nasser que llevan a la azotea en actitud nerviosa tras el primer bombardeo. De repente, el humo causado por una segunda explosión los hace desaparecer. Cuando la humareda se disipa, imágenes registradas desde dentro de la escalera muestran múltiples cuerpos inertes cubiertos de sangre y polvo.
El doctor de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital, Saber al Asmar, ha explicado en medios árabes que el segundo bombardeo se produjo a la altura de la planta que acoge las salas de UCI y de operaciones. “Dos o tres” médicos que estaban en el lugar como estudiantes, asegura, quedaron “irreconocibles y desintegrados en pedazos”. “No entendemos qué es lo siguiente que puede pasar”, ha declarado.
Cuando ocurrió el ataque, el doctor estaba haciendo la ronda matinal en la sala de UCI: “Puedo ver el horror en los rostros de los pacientes, que se supone que están en un lugar protegido internacionalmente”. Al Asmar ha denunciado que en los casi dos años de guerra las tropas israelíes han bombardeado el hospital en cuatro ocasiones y que lo han ocupado en otras dos. “Hay pacientes que necesitan tratamiento que están huyendo de los hospitales porque temen que sean bombardeados”, ha lamentado.
Muchos periodistas en la Franja trabajan cerca de los hospitales con la intención de conseguir acceso a electricidad e internet, en un territorio cuyas infraestructuras están devastadas tras dos años de bombardeos israelíes. A menudo pasan las noches en grupo para sentirse más seguros, estableciendo tiendas en los accesos de los centros médicos que les sirven de oficina. Ese sistema también les permite apartarse de sus seres queridos ante los frecuentes ataques israelíes contra reporteros.
El bombardeo contra ese hospital se produce dos semanas después del ataque israelí que mató a cinco informadores en los accesos del hospital Al Shifa, en Ciudad de Gaza. El ejército israelí reconoció el ataque, aludiendo con pruebas dudosas que uno de los reporteros asesinados, Anas al Sharif, era miembro de Hamás. Israel no se refirió a los otros cuatro periodistas, dando a entender que eran víctimas colaterales del ataque contra Sharif.
Los últimos misiles que el ejército comandado por Zamir ha disparado contra los hospitales en Jan Yunis o en Ciudad de Gaza forman parte de las violaciones constantes del derecho humanitario internacional por parte de Israel. La Convención de Ginebra otorga una protección especial tanto a los periodistas como a los hospitales, y obliga a las partes en conflicto (en este caso, Israel y Hamás) a protegerlos y facilitar su labor.
En 23 meses de ofensiva, los ataques israelíes han destruido total o parcialmente el 94% de los centros médicos, según la Organización Mundial de la Salud, y han matado o detenido a más de 1.940 trabajadores sanitarios, según el Ministerio de Sanidad de la Franja.
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