Italia envía una segunda nave militar para escoltar a la flotilla de Gaza

El Gobierno italiano ha enviado una segunda nave militar para acompañar a la flotilla humanitaria que navega rumbo a Gaza, según ha anunciado este jueves el ministro de Defensa, Guido Crosetto, durante una comparecencia en la Cámara de Diputados. No obstante, horas después aclaró que en realidad sustituirá a la primera, enviada el miércoles, que así podrá retomar sus operaciones. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, acusó de todos modos el día anterior a los integrantes de la expedición de “irresponsables” y de actuar solo “para buscar problemas al Gobierno”.
Italia reaccionó así al tercer ataque con drones que ha sufrido la flota civil, compuesta por 49 naves, algunas de bandera italiana y en las que viajan 56 ciudadanos de ese país, entre ellos cuatro diputados de la oposición. Horas después, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció también el envío de una nave militar.
Crosetto, que ha condenado los ataques a las embarcaciones civiles, ha explicado que ha desplazado la fragata Alpino a la zona de la isla griega de Creta, donde se encuentra en estos momentos la flotilla. Este buque, ha detallado, “dispone de otras capacidades, en el caso de que sirvan”. La enviada allí el miércoles, la fragata Fasan, desplegada habitualmente en el mar Rojo para escoltar naves comerciales ante posibles ataques desde Yemen, estaba equipada para detectar y neutralizar drones e incluso rastrear su punto de origen.
“No es nuestra intención mover nuestras naves para hacer la guerra a un país amigo. Estamos allí para tutelar a ciudadanos italianos como cuando hay situaciones de peligro en el mar libio; es el mismo mecanismo de tutela”, ha subrayado el ministro de Defensa. “Toda manifestación que respete el derecho internacional debe ser garantizada, al igual que la libertad de expresión, que no puede ser sofocada con violencia. Han sido atacados ciudadanos italianos en aguas internacionales, y esto representa una cuestión de seguridad nacional”.
Con todo, Crosetto ha sido luego muy directo al lanzar una advertencia a los integrantes de la misión humanitaria: “El clima es preocupante y, una vez que la Global Sumud Flotilla entre en aguas israelíes, no podemos garantizar la seguridad a los ciudadanos italianos. Israel equiparará el convoy humanitario con un acto hostil. Quiero decirlo claramente y quiero transmitir mi preocupación al respecto: una vez fuera de aguas internacionales y dentro del territorio soberano de Israel, puede ocurrir cualquier cosa y no podemos prevenir ninguna consecuencia”.
El Gobierno italiano está jugando en varios planos a la vez en un asunto con un potencial políticamente explosivo en función de cómo evolucionen los acontecimientos: Crosetto acude en ayuda de la flotilla, y Meloni la ataca y desdeña como una operación política contra ella. Al mismo tiempo, la primera ministra busca una salida con una propuesta de mediación: desembarcar los víveres en Chipre y que la Iglesia católica se encargue de llevarlos a Gaza. El miércoles aseguró que ya contaba con el visto bueno de Chipre e Israel y que estaba a la espera de una respuesta de la flotilla. La negativa ha llegado este jueves.
En su réplica al ministro, la líder del Partido Democrático (PD), Elly Schlein, ha acusado a Meloni de “atacar a la flotilla con palabras durísimas que nunca le hemos oído pronunciar contra el Gobierno de Netanyahu”. “En vez de insultar a los parlamentarios que cumplen con su deber, que el Ejecutivo convoque al embajador israelí”, ha criticado. “¿De verdad Meloni piensa que la flotilla es contra ella? Salga de la megalomanía. En la flotilla hay delegaciones de 44 países”.
La oposición ha preguntado también a qué reglas se atendrán las dos naves italianas y qué instrucciones tienen en caso de un nuevo ataque. Si se limitarán a auxiliar a la expedición o tienen órdenes de derribar los drones hostiles.