Israel da luz verde a conquistar Gaza y retener los territorios tomados: “Estamos ocupando para quedarnos”

Israel da luz verde a conquistar Gaza y retener los territorios tomados: “Estamos ocupando para quedarnos”

El gabinete de seguridad de Israel ha aprobado por unanimidad este lunes un importante plan para expandir por fases la ofensiva en Gaza hasta conquistarla y retener militarmente los territorios que tome. No es un simple paso formal. El ejército lleva desde el sábado llamando a filas a decenas de miles de reservistas y ahora, por primera vez desde el inicio de la invasión en octubre de 2023, pronuncia en voz alta palabras que antes ―con Joe Biden en la Casa Blanca― solo susurraba. El plan “difiere de sus predecesores” porque supone pasar “del método de incursiones al de la conquista de territorios y la permanencia en ellos”, según dijo el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al defenderlo, de acuerdo a la televisión pública. Bezalel Smotrich, el ultraderechista titular de Finanzas que viene marcando buena parte del camino, ha sido aún más claro: las tropas permanecerán en las zonas que capturen, incluso aunque Hamás entregase a los 59 rehenes (en su mayoría sin vida) que mantiene en su poder. “Estamos ocupando Gaza para quedarnos. Nada de salir y entrar”, ha dicho. “Ha llegado el momento de dejar de temer la palabra ocupación”

El proyecto por fases, que no se pondrá en práctica de inmediato, implicará un nuevo desplazamiento masivo de palestinos hacia el sur, esta vez a un espacio aún más pequeño al sur de Jan Yunis. Casi toda la población de la Franja está hoy al norte de ese punto. El ejército ya ordenó otro desalojo forzoso multitudinario (la mitad de los más de dos millones de gazatíes), en octubre de 2023, en el primer mes de la guerra. Le han seguido desde entonces innumerables de menor escala.

La principal diferencia es que el ejército permanecerá en cada zona conquistada. Durante gran parte de la invasión, se ha venido retirando de las que consideraba “limpias” o “despejadas” (en la jerga militar israelí), porque apenas quedaban reductos de contrainsurgencia poco organizada. Algunos volvió a invadirlos hasta en dos ocasiones, como la hoy convertida en escombros Yabalia.

Usará más bien -señaló la fuente- el modelo de la ciudad de Rafah, incorporada tras el alto el fuego a la zona que nunca abandonaron las tropas y prácticamente desierta. Allí vivían unas 200.000 personas antes de la invasión, y las Fuerzas Armadas se plantean ahora arrasarla por completo, según el diario Haaretz.

Justo hace un año, Biden aseguró que dejaría de proporcionar a Israel el armamento y munición ofensiva necesaria si lanzaba un gran asalto sobre Rafah, entonces último refugio de la mayoría de desplazados, y marcando como línea roja los bombardeos sobre zonas con población civil. Al final, el armamento siguió fluyendo y los portavoces de EE UU retorcieron el lenguaje para definir los bombardeos y la toma de la frontera con Egipto como “limitada”, o un simple “aumento” de acción militar, y señalar que ninguna “fórmula matemática” permite determinar cuándo ha cruzado Israel los límites marcados. Las imágenes aéreas de Rafah muestran hoy manzanas enteras completamente en escombros.

Palestinos lloran a muertos en un ataque israelí en la zona de Al Mawasi, en el sur de Gaza, este domingo.

Prueba de la relevancia del plan es que ya tiene nombre: Los carros de Gideon. Es una referencia al líder militar israelita guiado por Dios en el relato bíblico para derrotar al enemigo. Le ordenó reducir su ejército de 32.000 a 300 hombres para que no hubiese dudas de que es él quien da y quita las victorias en el campo de batalla.

El gabinete también ha aprobado otra novedad importante: un horizonte de reanudación de la entrada de alimentos, electricidad, medicamentos o combustibles a Gaza, que las Fuerzas Armadas impiden por completo desde hace nueve semanas, generando aún más desesperación, hambre y saqueos entre la población. Tardará, sin embargo, en llegar, y lo hará con un nuevo y criticado plan de militarización de la ayuda del que las agencias de Naciones Unidas rechazan formar parte.

Consiste en establecer puntos de reparto en la zona bajo control militar israelí pleno, en el sur de Gaza, y que participen contratistas privados de seguridad y agencias humanitarias. Las tropas israelíes controlarán quién accede y quién no. Comenzará solo tras la ofensiva terrestre y la expulsión masiva de población hacia el sur, que puede durar semanas. Más de dos meses de bloqueo completo han agotado ya las reservas de las agencias de la ONU, forzado el cierre de decenas de panaderías y disparado un 1.000% el precio de la harina.

El nuevo mecanismo “impedirá a Hamás tomar el control de los suministros y destruirá su capacidad de gobierno”, según la fuente oficial. Las autoridades israelíes justifican el cerco absoluto a la Franja en presionar a Hamás a que se rinda (entregue todas las armas y rehenes, exilie a sus restantes mandos y acepte la ocupación militar permanente de Gaza) y en que roba la ayuda humanitaria, algo que no ha corroborado ningún organismo internacional u ONG con presencia en el terreno.

El mecanismo salió adelante con un único voto en contra, el del ministro de Seguridad Nacional, el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, que aboga por destruir con bombardeos los (hoy menguantes) almacenes de comida en Gaza. Eyal Zamir, el nuevo jefe del Estado Mayor que lo presentó, insistió en que ni un solo soldado israelí entregará directamente la ayuda humanitaria, según las filtraciones de los debates.

Presencia permanente

En este contexto, la amenaza del uso de aún más fuerza abre, a ojos del Gobierno, una “ventana de oportunidad” para cerrar un nuevo acuerdo con Hamás para la entrega de rehenes hasta que concluya la visita al Golfo que el presidente de EE UU, Donald Trump, efectuará la próxima semana. Pero la retirada completa de las tropas (que Netanyahu firmó en enero y luego incumplió) ya no está sobre la mesa. “En cualquier acuerdo, temporal o permanente, Israel no se retirará de la zona de seguridad” (que supone ya un tercio de la Franja), según la fuente.

De no lograrse, las Fuerzas Armadas actuarán “con gran intensidad y no se detendrán hasta cumplir todos sus objetivos“, entre ellos el plan de Trump para vaciar permanentemente Gaza de su población, denominado de salida o emigración “voluntaria”. En la reunión del gabinete, el dirigente israelí aseguró que continúa “promoviendo” el plan de Trump y mantiene “contactos sobre el tema con varios países”, ante el rechazo inicial de Jordania y Egipto, señalados por Trump para absorber a los gazatíes.

Es el gran sueño de la ultraderecha israelí que representa Smotrich y que aspira a reconstruir los asentamientos judíos que el Gobierno de Ariel Sharon desmanteló en 2005, en una retirada unilateral que Netanyahu considera un “error histórico”. Los corredores militares que el ejército ha ido estableciendo dentro de Gaza, de la frontera a la costa, coinciden grosso modo con las colonias judías que hubo allí durante décadas. Algunos han recibido el mismo nombre.

Desde que Netanyahu dinamitó el alto el fuego (para no tener que pasar a la fase que habría liberado a los últimos rehenes, pero también implicando el fin de la guerra), sus tropas vienen empequeñeciendo hasta extremos inéditos Gaza, que ya con su territorio previo a la guerra era el de mayor densidad de población del mundo. La agencia de asuntos humanitarios de la ONU calcula que la población no puede acceder ya al 69% del enclave. Al Mawasi, la zona atestada de tiendas de campaña de desplazados, a la que exhortó repetidamente a los desplazados a dirigirse y ha bombardeado desde entonces decenas de veces, ha perdido la calificación de “humanitaria”.

Victoria

La reunión del gabinete comenzó en la noche del domingo y se extendió hasta entrada la madrugada. Al anunciarla, Netanyahu retomó su mantra del triunfo “pleno y total” sobre Hamás (que hace más de un año veía “al alcance de la mano”). Tres días antes, indignó a los partidarios de priorizar el regreso negociado de los rehenes al afirmar que, si bien era una tarea “muy importante”, el “objetivo supremo” era la victoria. El foro que los representa ha lamentado este lunes que el Gobierno elija “los territorios [frente] a los rehenes”.

El nuevo plan ya ha tenido consecuencias regionales. Este domingo, los hutíes de Yemen ―el único grupo armado que sigue atacando a Israel con frecuencia desde que comenzó la invasión de Gaza― exhortaron a las aerolíneas de todo el mundo a “tomar en consideración” su intención de imponer a partir de ahora un “bloqueo aéreo completo” sobre Israel, con disparos frecuentes contra sus aeropuertos, en respuesta a la decisión de expandir la ofensiva en Gaza.

La milicia acababa de superar las defensas antiaéreas conjuntas de EE UU e Israel con un misil que impactó junto a un centro neurálgico tan importante y simbólico como el principal aeropuerto del país, Ben Gurión, ubicado cerca de Tel Aviv. Hubo seis heridos, casi todos leves, pero más de 15 aerolíneas, como Iberia, Air Europa, Lufthansa, British Airways, Delta, United Airlines y Wizzair, han cancelado vuelos a Tel Aviv. A última hora del día, Netanyahu advirtió de que se cobrarán la venganza “en su debido momento” no solo contra los hutíes, sino también contra Irán, su principal apoyo.