El avión en el que viajaba Von der Leyen sufre interferencias rusas en el GPS

El avión en el que viajaba el domingo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, rumbo a Bulgaria tuvo que aterrizar manualmente —obligando a los pilotos a consultar mapas físicos— después de que interferencias en el sistema GPS impidieran el uso de los habituales aparatos electrónicos. Según ha confirmado este lunes una portavoz de la Comisión Europea, todas las sospechas apuntan a Moscú.
“Podemos confirmar que hubo una interferencia de GPS, pero el avión aterrizó de forma segura”, ha indicado una portavoz del Ejecutivo comunitario. Según la Comisión, las autoridades búlgaras “sospechan que esta interferencia flagrante fue perpetrada por Rusia”.
El incidente ha tenido lugar solo unos días después de que un duro ataque ruso en Kiev con misiles y drones destruyera la sede de la UE en la capital ucrania y cuando la alemana se encontraba en plena gira por los países fronterizos con Rusia para mostrar el apoyo de la UE frente a las amenazas del Kremlin. Bruselas prepara ya además activamente un nuevo de paquete de sanciones contra Rusia, a la que acusa de estar retrasando los intentos de paz liderados por Estados Unidos, mientras que Francia ha anunciado para este jueves una nueva reunión de la coalición de voluntarios para seguir discutiendo las garantías de seguridad para Ucrania y el “obstinado” rechazo a una paz de Rusia, según fuentes del Elíseo.
La Comisión ha confirmado que el avión en el que viajaba Von der Leyen era un chárter, dado que el Ejecutivo comunitario no cuenta con aviones propios para los desplazamientos de sus altos funcionarios. La aeronave se dirigía de Polonia a Bulgaria y tuvo que aterrizar manualmente en Plovdiv, la ciudad en la que tenía previsto tomar tierra. No fue la única afectada: los sistemas de navegación del propio aeropuerto se fueron a negro.
Intento de “intimidación”
“Somos muy conscientes de que las amenazas e intimidación son un componente habitual de las acciones hostiles de Rusia”, agrega el Ejecutivo europeo. A su juicio, este intento intimidatorio no hace más que “subrayar la urgencia del actual viaje de la presidenta a los Estados miembros en primera línea, donde ha visto de primera mano las amenazas diarias de Rusia y sus aliados”.
Von der Leyen ha continuado este lunes su gira en Lituania, donde ha visitado la frontera con Bielorrusia. La política alemana ha publicado en sus redes sociales un vídeo en el que vuela en helicóptero junto con el presidente de ese país, Gitanas Nauseda.
“Estoy aquí para reafirmar la solidaridad de Europa con Lituania. Necesitamos una Lituania fuerte para proteger nuestras fronteras y nuestros pueblos”, ha subrayado la jefa del Ejecutivo europeo, que comenzó su gira en Letonia, el pasado viernes, con una visita a una fábrica de drones financiada con fondos europeos.
Desde ahí, la alemana anunció un “éxito europeo” frente a la amenaza rusa: los 150.000 millones de euros en préstamos para compras conjuntas de armas del mecanismo SAFE aprobado este mismo año ya están adjudicados a los 19 países, incluida España, que los han solicitado, un proceso que Bruselas quiere acelerar para empezar a desembolsar los primeros fondos antes de que acabe el año. Durante su periplo, la jefa del Ejecutivo europeo también ha confirmado este fin de semana su intención de presentar dentro de un mes, durante la reunión informal de jefes de Estado y de Gobierno en Dinamarca el 1 de octubre, la “hoja de ruta” que le solicitaron durante su última cumbre, en junio, para cumplir con los planes de incrementar la seguridad y defensa del bloque para 2030.
La gira de Von der Leyen para “subrayar el apoyo de la UE a los Estados miembros que afrontan el desafío de compartir frontera con Rusia o Bielorrusia” la ha llevado desde entonces, además de a Letonia, a Finlandia, Estonia, Polonia, Bulgaria y Lituania, desde donde se desplazará este mismo lunes a su última escala, en Rumania, donde en una visita al mar Negro discutirá con el gobierno rumano y responsables militares “la cooperación UE-OTAN, así como prevención, detección, defensa y disuasión de amenazas marinas e híbridas”, según su agenda.
La alemana estará de regreso en Bruselas a tiempo para que la Comisión comience a recopilar, esta semana, las propuestas de los Estados para elaborar el nuevo paquete de sanciones, el decimonoveno, contra Rusia que Von der Leyen ha dicho que quiere ver aprobado este mismo mes de septiembre. Las nuevas sanciones ocuparon buena parte de la agenda de la reunión informal de los ministros de Exteriores en Copenhague el sábado, cita en la que condenaron una vez más la reciente oleada de ataques rusos contra Kiev que también afectó a la sede europea en la capital ucrania.
En el debate, a puerta cerrada, los ministros también discutieron la posibilidad de empezar a imponer sanciones secundarias a los países (y no ya solo a determinadas empresas o instituciones financieras, como se hizo en el decimoctavo paquete) que ayudan a Moscú a eludir las restricciones europeas. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, también insistió en la importancia de que las sanciones europeas vayan acompañadas de medidas similares por parte de Estados Unidos, donde un paquete en este sentido está prácticamente a punto de ser aprobado, a la espera solo de que el presidente, Donald Trump, indique su intención de firmarlas o no, algo que todavía no ha dejado claro.
A petición de Ucrania, la última oleada de ataques a Kiev también se discute este lunes en una reunión extraordinaria del Consejo OTAN-Ucrania en Bruselas. “Esperamos un debate centrado en los pasos conjuntos para responder de forma adecuada al rechazo de Rusia a los esfuerzos de paz y a la escalada del terror contra los ucranios”, ha adelantado el ministro ucranio de Exteriores, Andri Sibiga, en X, en una cita confirmada por un portavoz de la Alianza. “Moscú debe sentir una presión más fuerte como consecuencia de su prolongación de la guerra”, ha reclamado.
En este sentido, el Elíseo ha confirmado una nueva reunión de la coalición de voluntarios. La cita, que tendrá lugar el jueves en París, se celebrará en formato híbrido con la presencia del primer ministro británico, Keir Starmer, y del presidente ucranio, Volodímir Zelenski. Además de discutir las garantías de seguridad tras el compromiso estadounidense a que participará de alguna manera formulado por Trump en la cumbre de Washington a mediados de agosto, los participantes “harán balance de las consecuencias que se derivan de la actitud de Rusia, que se obstina en rechazar la paz”, ha señalado el Elíseo.