El Reino Unido comprará cazas estadounidenses con capacidad de transportar armas nucleares

El Reino Unido comprará cazas estadounidenses con capacidad de transportar armas nucleares

El primer ministro británico, Keir Starmer, persigue el doble objetivo de utilizar su estrategia de rearme para dar un impulso más que necesario a la economía del país, y demostrar a la vez al presidente estadounidense, Donald Trump, que Londres es su aliado más fiel. El Gobierno británico ha anunciado un cambio histórico en su capacidad de disuasión nuclear, concentrada hasta ahora en los submarinos Vanguard, que transportan misiles balísticos Trident y están estacionados en aguas de Escocia. Con la compra de 12 cazas de combate F-35A, capaces de transportar y lanzar bombas y misiles con cabezas nucleares, el Ejecutivo laborista aspira a convertirse en un actor clave en la nueva OTAN que comienza a pergeñarse en la reunión de esta semana en La Haya.

Se trata del cambio más relevante en la política armamentística del Reino Unido desde el final de la Guerra Fría. Los aviones y el armamento nuclear son de fabricación estadounidense, y suponen el regreso a territorio británico de las armas atómicas.

“En una era de incertidumbre radical ya no podemos dar la paz por descontada. Estas aeronaves reforzarán nuestro ejército y servirán para apoyar [económicamente] a nuestras regiones a través de la industria de defensa”, ha declarado este martes en La Haya el primer ministro británico.

La fabricación de los F-35 corre a cargo de la empresa estadounidense Lockheed Martin, aunque muchos de sus componentes más importantes son producidos en el Reino Unido. Los cazas son capaces de transportar armamento convencional y también nuclear, como la bomba de gravedad B61-12, con una capacidad explosiva tres veces superior a la que fue arrojada sobre la localidad japonesa de Hiroshima. Estarán estacionados en la base aérea Marham de la Real Fuerza Aérea (RAF, en inglés), en la localidad de Norfolk.

Con el nuevo plan, el Reino Unido se suma a la misión aérea nuclear de la OTAN, en un momento de creciente enfrentamiento con Rusia, y cuando la alianza está reclamando a sus socios un incremento en sus presupuestos de defensa del 5% del PIB.

“El Reino Unido ha brindado su capacidad de disuasión nuclear a la OTAN durante décadas, y doy una efusiva bienvenida al anuncio de que se sumará ahora a la misión nuclear de la alianza con la adquisición de los F-35”, ha celebrado el secretario general de la organización atlantista, Mark Rutte.

Mayor capacidad nuclear

El Gobierno británico ya había anunciado, a principios de junio, a través de la Evaluación de Defensa Estratégica, su voluntad de construir una nueva generación de submarinos nucleares. Serán 12 en total. En palabras del primer ministro, se trataba de convertir al Reino Unido en un país “en proceso de preparación para la guerra”.

El Reino Unido dispone actualmente de una flota de nueve submarinos nucleares, que patrullan las aguas constantemente con un secreto máximo respecto a su localización y constituyen el grueso fundamental de la disuasión nuclear británica.

Starmer ha anunciado la construcción, antes de que termine la próxima década, de una docena de submarinos SSN-AUKUS, como parte del programa AUKUS en el que el Reino Unido participa junto a Australia y Estados Unidos. Esta alianza está en el centro de un esfuerzo de rearme por parte de Londres que incluye, además, el recién firmado acuerdo de colaboración en materia de defensa con la UE.

La nueva doctrina militar británica afirma que el país “necesita prepararse ante la posibilidad de sufrir ataques en su propio territorio”, y señala directamente como enemigo al Gobierno ruso de Vladímir Putin.

Con la excepción del programa de submarinos, el Reino Unido había dejado de almacenar armamento nuclear desde 2008, cuando las últimas bombas salieron de la base aérea de Lakenheath. Con la llegada del nuevo material anunciado por Starmer, el país se incorporará al programa de la OTAN de capacidad aérea dual (DCA, en sus siglas en inglés), la estrategia disuasoria nuclear de la alianza bajo el paraguas de Estados Unidos. El armamento, tal y como establece el Tratado de No Proliferación, permanece bajo control de Estados Unidos, y no puede ser cedido a ningún otro país.