El ultra Wilders abandona el Gobierno de Países Bajos y hace saltar por los aires la coalición

Geert Wilders, el líder ultraderechista neerlandés al frente del Partido por la Libertad (PVV), ha abandonado este martes el Gobierno de Países Bajos, una coalición de cuatro partidos en la que el PVV es el mayoritario. En las últimas horas, Wilders había amagado con provocar una crisis política si los otros tres socios de la coalición conservadora no modificaban el acuerdo de Gobierno para endurecer las leyes de asilo. Ante la negativa de cambiar unos planes que dilataron durante meses las negociaciones, ha optado por marcharse. Una salida que ha provocado una sorpresa generalizada en el país —de 18 millones de habitantes—, pese a que no era la primera vez que amenazaba con hacerlo, y que aboca a nuevas elecciones.
El primer ministro, Dick Schoof —un alto funcionario de pasado socialdemócrata—, presentará este mismo martes su dimisión al rey Guillermo, aunque quedará en funciones hasta que se celebren elecciones. Este es, de hecho, el paso previo a la convocatoria de nuevos comicios, previsiblemente en verano: la Constitución neerlandesa establece un periodo máximo de tres meses desde la disolución del Parlamento para que se reúna la Cámara, ya en su nueva composición. Los últimos comicios se celebraron hace poco más de año y medio, en noviembre de 2023.

Hace apenas una semana, el líder ultra había presentado una lista de diez medidas que consideraba inaplazables para reconducir la política de asilo del quinto país más poblado de la eurozona. Exigía, entre otras cosas, el bloqueo de este tipo de solicitudes, la devolución de todos los refugiados sirios a su país de origen en el plazo de seis meses, el control fronterizo por parte del ejército y una suspensión temporal de la reunificación familiar.
Wilders había asegurado entonces —y también lo ha hecho ahora— que sus votantes respaldan esas medidas y siguen a la espera de “los planes de asilo más estrictos de la historia de Países Bajos”, que les fueron prometidos al formarse la coalición gubernamental. “No se firman nuestros planes de asilo. No se adapta el acuerdo de gobierno. El PVV deja la coalición”, ha escrito el ultraderechista en su cuenta de la red social X. Su decisión sacude la política neerlandesa a pocas semanas vista de la cumbre de la OTAN, que se celebrará a finales de mes en La Haya.
Pese a las proclamas de Wilders, los últimos sondeos publicados indican una bajada en la intención de voto para el PVV, que tiene en estos momentos 37 escaños en un Parlamento de 150. Sorprendidos y muy molestos, los otros tres socios de la coalición —el Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD), Nuevo Contrato Social (NSC) y el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), todos ellos de corte conservador— han salido en tromba a criticar la retirada del ultraderechista, que nunca había conseguido llegar al poder. Hasta los comicios de noviembre de 2023.
Intento infructuoso de gobernar en minoría
“Un gabinete en minoría es sin duda una opción”, había deslizado la líder del NSC, Nicolien Van Vroonhoven. Con ese intento, infructuoso, el Gabinete habría continuado con los tres partidos restantes: VVD, NSC y BBB. Tanto el NSC como el BBB van mal en las encuestas, y no les atraía la perspectiva de nuevas elecciones.
Finalmente, el primer ministro Schoof continuará de forma interina —hasta la cita electoral—, con ministros los tres partidos restantes de la coalición. Su objetivo: atender “grandes problemas, como las amenazas internacionales, la guerra comercial con Estados Unidos y los asuntos neerlandeses”.

Fuertes críticas de sus hasta ahora socios
Dilan Yesilgöz, líder del VVD, se ha mostrado “consternada y enfadada”: Wilders, ha dicho, “ha optado por su ego”. Caroline van der Plas, al frente del BBB, ha lamentado por su parte que el PVV, “que tiene todas las cartas en la mano, abandone”. Y Van Vroonhoven ha calificado de “realmente incomprensible” la marcha de Wilders, cuyo partido no llevaba ni un año en el poder.
En pleno asombro por lo sucedido, Frans Timmermans, jefe de la alianza entre ecologistas y socialdemócratas (GroenLinks-PvdA) y ex número dos de la Comisión Europea, ha pedido la convocatoria urgente de nuevas elecciones. Eso significa que su grupo, que encabeza la oposición, no planea apoyar a un Gobierno en minoría.
El sindicato mayoritario (FNV, en sus siglas neerlandesas) considera “escandaloso” el trato dispensado por la coalición a los electores: “La caída de este Gabinete, que no ha conseguido nada, es una buena noticia para Países Bajos. Necesitamos gobernantes fiables”.
El resto de partidos del arco parlamentario se había negado a negociar con el PVV, primera fuerza en votos en las últimas elecciones, en noviembre de 2023. Ahora, con los sondeos en contra y pese a su dilatada experiencia política —es el que más años lleva en el Parlamento—, Wilders había exigido que el resto de la coalición se plegara a sus planes.
A la baja en los sondeos
El PVV empezó a bajar en los sondeos en marzo, aunque no porque sus votantes hubiesen virado hacia posiciones más moderadas. La principal crítica era, justamente, la falta de avances en la política migratoria. Según una encuesta publicada en mayo por la televisión pública neerlandesa, de celebrarse nuevas elecciones habría un triple empate entre los liberales de derecha del VVD (30 escaños), el PVV de Wilders (28) y la alianza GroenLinks-PvdA (28). Un resultado que, de verse refrendado en las urnas, supondría un severo varapalo para la formación ultra, con 10 escaños menos de los que tiene actualmente.
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